Antonio Rivero: Un símbolo de la resistencia Argentina en Malvinas

Antonio Rivero, apodado “El Gaucho” por la historiografía argentina moderna, fue un peón de campo que lideró un histórico alzamiento en las islas Malvinas en 1833, tras la ocupación británica y se transformó en un héroe popular  que buscaba la expulsión de los británicos y la recuperación de la soberanía argentina.

Rivero llegó a las Malvinas en 1827 y trabajó en Puerto Soledad, donde atrapaba ovejas y cerdos para amansarlos. El historiador Felipe Pigna lo describe como un hombre pendenciero y analfabeto, pero también cercano a sus compañeros, quienes laboraban bajo condiciones extremas. Cuando el Reino Unido tomó las Malvinas en 1833, expulsando a las autoridades argentinas e izando su bandera, Rivero permaneció en las islas, enfrentándose a condiciones cada vez más precarias que incluían una severa escasez de alimentos.

El 26 de agosto de 1833, Rivero lideró una rebelión junto a ocho gauchos armados con facones, espadas, pistolas, boleadoras y mosquetes. Según el historiador Martiniano Leguizamón, los gauchos, en un acto de furia patriótica, derribaron la bandera inglesa y enarbolaron la enseña argentina de Belgrano, respetando a las mujeres y niños de la población.

Rivero y sus hombres mantuvieron el control sobre las islas durante seis meses, ignorados por las autoridades de Buenos Aires y sin poder comunicar su éxito. Durante este período, la bandera británica dejó de flamear en Malvinas, marcando un capítulo de resistencia. Sin embargo, su dominio terminó el 8 de enero de 1834 con la llegada del barco inglés Challenger, que transportaba al teniente Henry Smith, cuatro suboficiales y 30 soldados de Marina. La persecución fue implacable y, con la falta de alimentos, el grupo liderado por Rivero empezó a rendirse. El último en entregarse fue el propio Rivero, el 18 de marzo de 1834.

En este contexto, el legado de Antonio Rivero trasciende las acciones del motín. Su historia se ha convertido en un símbolo de resistencia y lucha por la soberanía nacional. Su imagen como el gaucho rebelde inspira a generaciones en la búsqueda de justicia y dignidad en la defensa de los derechos de su pueblo.