La Gruta del Templo de la Virgen de Fátima, ubicada en el vecindario de General Acha y José Dolores en Rawson, ha trascendido su rol como un simple lugar de adoración para convertirse en un símbolo cultural significativo de la provincia de San Juan. Esta obra, nacida de la devoción y el esfuerzo comunitario, es un testimonio de la fe y la perseverancia de sus habitantes.

La historia de la Gruta se remonta a fines de la década de 1940, cuando el padre Erasmo Salomoni, un sacerdote que llegó al humilde templo del Barrio Obrero Rawson, hizo una promesa a la Virgen de Fátima. Prometió construirle un nuevo templo y una gruta si no era trasladado de la comunidad. Esta promesa marcó el comienzo de una obra vecinal que involucró a numerosos feligreses y vecinos, quienes donaron tiempo, dinero y materiales para su construcción.

Un aspecto notable de la Gruta es el uso de materiales históricos, como las piedras de travertino volcánico traídas desde la Laja, Albardón, y los restos de la Casa de Gobierno y la Iglesia Catedral, derrumbadas por el terremoto de 1944. Estos elementos no solo le dan un carácter único al lugar, sino que también enlazan la Gruta con la historia de la provincia y su resiliencia ante la adversidad.

El diseño arquitectónico de la Gruta y el templo incluye un escenario con un Cristo crucificado y una estructura en medialuna que lleva a la imagen de la Virgen María, amparando a los tres pastorcitos de Fátima. Este simbolismo y la belleza de los materiales utilizados han transformado a la Gruta en un referente no solo para Rawson, sino para toda San Juan.

Declarada Patrimonio Arquitectónico Municipal en 2000, la Gruta del Templo de la Virgen de Fátima es un sitio que invita a la reflexión y a la admiración de su historia y arquitectura. Visitar este lugar es adentrarse en un rincón de fe y cultura que refleja el espíritu de una comunidad unida y perseverante.

Te invitamos a conocer este tesoro cultural de San Juan y a descubrir la historia que ha marcado a generaciones de sanjuaninos.